Desayuno incluido en el hotel.
Comenzaremos nuestra jornada en Ortigia, la isla histórica de Siracusa, un lugar donde cada callejuela respira siglos de historia. Tendremos tiempo libre para perdernos entre sus callejones medievales, rodeados de elegantes edificios barrocos, plazas llenas de vida y la brisa marina que nos acompaña en cada paso. No podemos dejar de admirar la imponente Catedral de Siracusa, construida sobre un antiguo templo griego, y la legendaria Fuente de Aretusa, un manantial rodeado de papiros vinculado a los mitos de la Antigua Grecia.
Quienes lo deseen y de forma opcional, podrán sumergirse aún más en el pasado con una visita al Parque Arqueológico de Neapolis (entradas incluidas), un impresionante conjunto de ruinas donde destacan el Teatro Griego, el Anfiteatro Romano y la célebre Orecchio di Dionisio, una cueva con una acústica excepcional que, según la leyenda, el tirano Dionisio utilizaba para escuchar los susurros de sus prisioneros.
A la hora del almuerzo, podremos deleitarnos con la exquisita gastronomía siciliana en uno de los restaurantes locales.
Por la tarde, nos dirigiremos a Noto, una de las joyas del barroco siciliano. Sus calles de piedra dorada, sus elegantes balcones de hierro forjado y sus impresionantes iglesias nos transportarán a otra época. Pasearemos junto a nuestro guía por la Corso Vittorio Emanuele, la arteria principal de la ciudad, donde encontraremos la majestuosa Catedral de San Nicolò, un símbolo de la reconstrucción tras el terremoto de 1693. Cada rincón de Noto es una obra de arte al aire libre, ideal para perderse entre su arquitectura y dejarse sorprender por su belleza.
Al final del día, regresaremos a Catania, donde contaremos con tiempo libre para cenar y seguir explorando su vibrante vida nocturna o simplemente relajarnos.
Visitas exteriores, entradas no incluidas.